Este fin de semana por fin me dí el capricho de salir a cenar a un restaurante vegetariano. Fui al Girasol, está en el centro de Murcia.
Es un lugar pequeñito y acogedor, apenas había 8 mesas y la camarera es muy simpática.
Tomamos ensalada (la puedes hacer a tu gusto) y una tabla de patés de primero. Ambas cosas riquísimas. Los patés eran de queso, humus, aceitunas negras y pimientos. Eran como del tamaño de una bola de helado cada uno y nos los comimos en un plis plas de lo ricos que estaban.
De segundo tomamos lasaña de champiñones y espárragos y crepes de espinacas. Muy, muy rico. A parte tenían unos platos fijos y algunos que variaban según el día como las cremas y sopas y el plato del chef.
Para terminar la cena nos pedimos unos tés ecológicos, pero vimos pasar unos postres riquisimos y le pedimos a la camarera que nos dijera que eran. No nos deciciamos entre el brouni y el crocanti de frutos secos, así que nos pusieron mitad y mitad.
En conclusión, buena comida, buen servicio,... estupendo. Lo recomiendo!!
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