El toro ibérico ha existido desde siempre. En tiempos remotos, los ritos iniciativos de culto al toro distaban mucho de las prácticas taurinas de hoy.
Las corridas tienen su verdadero origen en las prácticas militares de las maestranzas en las que se adiestraban a los soldados para la guerra haciéndoles practicar la lanza con el toro. Para paliar el peligro que corrían jinetes y caballos se contrataron mozos equipados con trapos cuyo cometido era distraer al toro.
Ahora bien, estamos hablando del Siglo XVIII y nosotros en el año 2010 rozando ya el 2011 nos preguntamos ¿Serían igual de la válidas estas prácticas teniendo en cuenta las barbaridades que se le realizan al toro en la actualidad, horas antes de salir a la plaza?
Os ponemos en situación:
- Las cuerdas vocales de los caballos de los picadores están seccionadas, para evitar que los relinchos de dolor molesten cualquier sensibilidad del público.
- Los riñones del animal en el burladero son golpeados con sacos de arena (para restarle fuerzas).
- Unos purgantes suministrados a la sazón le merman las fuerzas.
- Sus pezuñas son untadas con aguarrás, produciendo quemazón para hostigar su natural parsimonia.
- Son marcados por hierros incandescentes
- Los ojos son engrasados con vaselina.
- Torundas de algodón taponan la nariz del toro para aumentar su fatiga.
- El peto utilizado para cubrir a los caballos se utiliza no como protector de golpes y cornadas, sino para evitar que el público pueda ver la rotura de la pared abdominal del mismo y la salida de las tripas.
- Los últimos momentos del tormento llegarán con aceros cortantes y punzantes, totalmente legalizados en el Reglamento taurino, en sus artículos. 63 y 64, pues España es el único país donde se institucionaliza la TORTURA
Por todo ello decimos
El toro sufre como cualquier otro animal. Es un mamífero como lo somos los humanos, con su sistema nervioso y con memoria para recordar situaciones antes vividas.
¡POR LA ABOLICIÓN!
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